W. Iván Castro P. 2011
GLOBALIZACIÓN,
NEOLIBERALISMO,
NEOALIMENTACION.
Lo bueno, lo malo y lo feo
Objetivo de este trabajo
Mostrar una de las diversas caras que tuvo y tiene la globalización; esta es
una arista sobre el comportamiento de una de las necesidades básicas de la
humanidad, nos referimos específicamente al “Derecho de Alimentación”.
(DD.HH).
Palabras claves: Globalización, neoliberalismo, glocalización, alimentos
transgénicos, migración, transculturización.
PREAMBULO
Cuando Cristóbal Colón regresó de las nuevas tierras descubiertas, (para él la ruta a
oriente)…llevo consigo a España, nuevas especies de alimentos como muestras de lo
descubierto, a sus majestades los reyes católicos, luego más navegantes repitieron lo
hecho por Colón, iniciando con esto un cambio en la dieta alimenticia de los europeos,
pues al masificarse estos productos; tales como el cacao, los aguacates, el maíz y otros,
sin duda alguna, ya la vida de los europeos no fue la misma. Pero fue la papa o patata,
la que de verdad cambio los hábitos gourmeses del viejo continente, pues se convirtió
en el alimento estrella, debido a su mayor rendimiento, para calmar el hambre de
millones de personas, pues su fácil cultivo y adaptación a cualquier clima, favoreció su
rápida expansión en todos los países de Eurasia, alcanzando en su momento los lugares
más remotos del mundo conocido hasta aquel entonces…. Según lo descrito aquí se
podría hacer una pequeña referencia a una insipiente forma -solo de manera retorica- a
lo que hoy conocemos como globalización o mundialización.
Es por ello, que la idea de este trabajo, es dejar entre ver otra de las caras que nos
muestra la globalización, y la expansión del Neoliberalismo económico en el Mundo,
trayendo consigo una masificación de sabores nuevos a nuestros paladares… nos
referimos a la expansión de los alimentos y sus formas de preparación, a esto se le ha
denominado de Neoalimentación, la cual viene tras los inmigrados que pasan de una
nación a otra, trayendo consigo sus costumbres y cultura. Es por ello que tanto en Chile
como en el Mundo hoy nos encontramos con conceptos y vocablos nuevos tales como;
Extranjeros, Emigrados, Inmigración, Diversidad, Biodiversidad Cultural,
Globalización, Integración, Ciudadanía, Laicidad, Asimilacionismo, Interculturalismo,
Multiculturalidad, Valores, Convivencia, Democracia, Derechos Humanos,
Sustentabilidad, etc. que hacen referencia directa al cambio de costumbres y al
sincretismo convulsionante que está viviendo el mundo en cuanto a la interculturalidad
se refiere, es decir lo que viene luego de una Globalización Tecnológica y Económica,
es nada menos que la no despreciable Globalización Cultural.
Lo bueno...NEO-ALIMENTACIÓN
En las ultimas tres décadas se ha desplazado e inmigrado muchas más personas que
en siglos pasados, incluso muchas más que cuando se pobló la recién descubierta
América, que al igual que hoy en día, quizás no en una forma tan brutal, se va en busca
de un mejor vivir, económicamente hablando. Estas inmigraciones de una región a otra,
de un país a otro y por sobre todo, el hecho de pasar de un continente a otro fácilmente,
pues los medios de transporte favorecen un fácil traslado y sabemos que en unas cuantas
horas de viaje en avión, se pasa desde América a Europa y si bien este viaje lo hicieron
hace miles de años nuestros ancestros, al pasar de un continente a otro, cuando hace
aproximadamente unos 40.000 años durante la glaciación Wisconssi, el hombre fue tras
los animales de presa, a través de el paso de Bering, en el polo norte, en lo que hoy
conocemos como Siveria y Alaska, este viaje como sabemos se hizo por etapas y en las
cuales el hombre fue descubriendo, degustando y asimilando a su dieta los nuevos
alimentos que encontraba a su paso.
El Neoliberalismo económico, dio una nueva apertura al mundo al acelerar la
globalización, gracias a los medios de comunicación que cada vez son mas eficientes,
más baratos al existir una producción en masa y con un mayor avance tecnológico y al
contar también con medios de transporte más veloces, de traslados más baratos, que
carretas o el mismo tren de carga y los viejos y enanos barcos mercantiles, que fueron
remplazados por barcos cargueros trasatlánticos, lo que ahora puede trasladar miles de
toneladas en un solo viaje, de lo que se desee y del lugar que se quiera, basta tan solo
con ver en ello un tipo de ganancia, una vez creada la necesidad obviamente.
Si bien el Neoliberalismo, trajo una masificación de miles y miles de productos a los
mercados locales, también, extrajo lo típico de esos mercados locales y abrió nuevas
plazas a un insipiente mercado de productos agrícolas y alimentarios, y además llegaron
tras esos productos las denominaciones de origen, y el factor más importante fue sin
duda alguna, la llegada tras esos nuevos productos alimentarios, las formas de
prepararlos, estas técnicas las poseen los inmigrantes, que han llegado escapando del
hambre existente en sus lugares de origen o por que sencillamente buscan mejores
condiciones económicas para desarrollarse como individuos, pero estos inmigrados se
encontraran con los nativos híbridos de dichas localidades, quienes darán una batalla
titánica por hacer prevalecer su producto de origen y forma de vida por sobre las
foráneas, es decir que prevalezca lo Local, por sobre lo Global, desarrollando con ello
un nuevo concepto, “glocalización”.
La “glocalización” es el resultado de la combinación de los términos “globalización” y
“localización”, algo así como los efectos de dos tendencias opuestas que se
interaccionan y dan lugar a una situación compleja y cambiante, con multitud de
segmentos diferenciales y, por lo tanto, oportunidades. Eso es lo que sucede en la
alimentación mundial, debido a la mezcla continua de procesos de globalización que
conviven con mecanismos de valorización de los productos locales que cada vez tienen
más importancia. El rápido crecimiento de la inmigración en el mundo está
introduciendo cambios en la alimentación relacionados con los procesos mencionados y
está favoreciendo la fusión entre culturas gastronómicas con las de los países de origen
de los inmigrantes y aquellos países elegidos como destinos de estos.
Una de las características de la situación mundial en la actualidad es la
globalización, término que afecta a todos los ámbitos de la economía y a buena parte del
conjunto de la actividad humana. La globalización del sistema productivo y del
comercio ha permitido, sin duda, un crecimiento espectacular de la economía y un
incremento, desconocido hasta la fecha, de la dimensión de las empresas, dando lugar a
la existencia de modelos productivos de ámbito mundial. Esta globalización económica,
que se ha realizado sin la existencia de un poder político de ámbito similar capaz de
introducir correcciones imprescindibles, ha cambiado el mundo en poco tiempo y ha
generado uno de los mayores movimientos de rechazo a nivel también mundial,
movimiento que engloba a colectivos muy diversos y sin estrategia común. En este
marco, la expansión de las nuevas tecnologías, concretamente de Internet, ha colaborado
de forma definitiva a la globalización también de la información, poniendo las bases
para la globalización del conocimiento –aunque eso es más complicado, más allá de las
fronteras nacionales, lo que ya ha abierto una nueva era, la del “conocimiento” como
elemento fundamental de la organización de la economía y de la competitividad de los
países, pero también abriendo un nuevo marco de comunicación y colaboración entre
las gentes del mundo que trasciende a todos los ámbitos.
Este proceso de globalización de la economía y del conocimiento está acompañado,
también, por la existencia de grandes migraciones debidas, sobre todo, a motivos
económicos, bélicos, religiosos y, en menor medida, políticos. En el ámbito del que se
ocupa este trabajo es en la globalización de la alimentación, a las migraciones y hay que
sumar un turismo masivo que alcanza a casi todos los rincones del mundo. Pero, ¿a qué
podemos llamar “globalización” en alimentación? En principio a una serie de procesos,
en buena medida vinculados, que tienden a dar una dimensión global a la alimentación,
lo que incluye la producción y el consumo.
La globalización se refiere, por ejemplo, al enorme y creciente tráfico de mercancías,
tanto materias primas como alimentos listos para el consumo que, a su vez, ha sido
posible por la liberalización de los intercambios, el incremento de la productividad en
determinadas áreas, la mejora de los transportes y, en general, de la logística y el
desarrollo de las redes de comunicación. Este tráfico también favorece y, a la vez, se ve
favorecido por la existencia de grandes empresas o grupos empresariales operativos en
varios países entre los que pueden dividir su actividad: producción primaria, primera
transformación, segunda transformación y venta final, dando así una dimensión mundial
a los procesos productivos. Esta dimensión puede alcanzarse mediante multitud de
fórmulas más flexibles, menos exigentes en capital y que permiten una mejor gestión de
los riesgos: producción a través de filiales o empresas participadas en los distintos
países, acuerdos de suministro con protocolos de producción, producción por encargo
incluso con cláusulas de exclusividad, etc., o, simplemente, por la nueva dimensión
global de los mercados de materias primas.
En una dinámica de este tipo, las empresas nacionales, que no dan el salto al ámbito
mundial, ven retroceder su terreno de juego y difícilmente compiten en las mismas
condiciones. Es decir, mientras las firmas de ámbito mundial aprovechan las ventajas de
cada área productiva como tierra fértil disponible por ejemplo en Brasil o Argentina,
mano de obra barata en China y otros países del extremo oriente, etc., podemos agregar
a Chile como uno de los países en donde se aprovechan los productos alimentarios
extraídos del mar. También debemos mencionar que las empresas localizadas deben
asumir todos los condicionantes de cada territorio. Dentro del sistema alimentario, en
este proceso son las empresas ligadas a la fase de la producción agraria, o las más
cercanas a Ella, las más vulnerables.
La globalización de la producción alimentaría se refiere también a multitud de
procesos que se generalizan en todas las regiones del mundo, bien de la mano de una
única empresa o grupo empresarial o mediante diversos tipos de acuerdos, o incluso por
la generalización del uso de determinadas tecnologías. Hay que tener en cuenta, como
elemento muy importante en este proceso, la concentración mundial de una parte
considerable de las empresas suministradoras de tecnología y de sectores como la
química y biología alimentaría, en donde la ventaja la tiene EE.UU., en estas áreas.
UN CONSUMO ALIMENTICIO CADA DÍA MÁS GLOBALIZADO.
De cara al consumo, existen algunas cuestiones que han favorecido enormemente la
tendencia a la globalización de la alimentación. En primer lugar, hay que citar la
disponibilidad de un conjunto muy amplio de materias primas, al menos en los países
desarrollados, lo que ha hecho posible su introducción en la dieta.
Junto a este hecho hay que citar la homogeneización y presencia, incluso
acompañados de agresivas campañas de publicidad y estrategias de marketing, de un
conjunto de “nuevos alimentos”, en los que se incluyen desde los refrescos a diversos
tipos de snack, derivados lácteos, cereales o cualquier tipo de alimento no tradicional,
en el cual aparecen denominaciones tales como transgénicos, orgánicos, naturales,
ecológicos, sustentables, etc., Este fenómeno va acompañado de la presencia de las
principales marcas de alimentación en un gran número de países. Gran parte de estos
“nuevos alimentos” fueron pioneros en la incorporación de servicios a los productos
alimentarios, creando bienes de consumo más adaptados a las necesidades de la
sociedad moderna. Existe otro elemento, relativamente nuevo, que ha dado un fuerte
impulso a la globalización de alimentación: la gran distribución, que ya cuenta con
empresas gigantescas, con presencia en varios países e incluso continentes, con una
actuación directa sobre el mercado internacional y una creciente centralización de sus
decisiones de compra y presentación al público. Estas firmas son, en última instancia,
las que deciden poner un producto u otro en el lineal, facilitando la llegada al público de
los “nuevos alimentos”.
La globalización del consumo de los productos alimenticios es posible debido a que
existe una buena disposición de los ciudadanos a incorporar tanto los productos
tradicionales en otras áreas como los “nuevos alimentos”. Esta buena disposición, que
no es exclusiva de nuestra época, está relacionada con el incremento de las
interconexiones en el mundo, los mensajes de los medios audiovisuales y la gran
curiosidad que ha animado, desde siempre, el paso de la humanidad por el mundo. Por
supuesto, la sociedad está muy segmentada ante los “nuevos alimentos” y la
introducción de especialidades de otros países y las respuestas de cada grupo es
diferente. Es la existencia de esta oportunidad de negocio la que ha provocado la
respuesta de la gran distribución y su apertura a los nuevos productos. (Chinos,
japoneses, estadounidenses, hindúes, etc.).
LAS INFLUENCIAS ALIMENTARIAS DE LAS INMIGRACIONES.
Una mención especial dentro del proceso de globalización de la alimentación la
merecen los flujos migratorios, ellos han sido en etapas históricas concretas los
responsables de la llegada de nuevos alimentos a los países de acogida. Quizás, entre los
casos más paradigmáticos se encuentre la extensión de la comida china e italiana, la
japonesa, hindúes o la comida rápida estadounidense, posiblemente sean las más
internacionalizadas, que se han extendido por el mundo siguiendo el rastro de los
emigrantes de esos países o son grandes transnacionales alimentarías, (Mc Donal o
TacosBell); primero se limitaron a las bolsas de inmigrantes, pero luego se extendieron
al conjunto de la sociedad. Los grandes flujos de inmigrantes son determinantes en el
establecimiento de algunos flujos de materias primas, caso por ejemplo del aceite de
oliva en Estados Unidos, los vinos de Chile en mercados franceses o las uvas y otros
frutos chilenos a naciones de oriente, en especial China y de la expansión de culturas
gastronómicas, tanto a través de las comidas realizadas en los hogares como de
restaurantes y tiendas de comestibles específicas, cuyo uso se acaba extendiendo a toda
la población. Este proceso de globalización, común a todos los sectores de la economía,
se ha encontrado con trabas en el sector de la alimentación derivadas de la protección a
la agricultura de los países más desarrollados, (monopolización del germen de trigo
transgenico en EE.UU.), de restricciones técnico-sanitarias o, más recientemente,
relacionadas con los criterios de seguridad alimentaría, etc., todas ellas tendentes a
limitar el tráfico de mercancías. Existe, además, un hecho de máxima importancia que
permite a las producciones de los países más desarrollados mantener algunas ventajas:
su grado de organización, cuestión que se deja notar en todos los aspectos de la
producción y comercialización.
Por ejemplo, en los países desarrollados, cuando las producciones se han desarrollado
históricamente en un área concreta, con frecuencia se ha dado lugar a la formación de
distritos industriales, (denominación de origen), cuya eficacia y eficiencia son muy
superiores a la suma de la correspondiente a las empresas individuales. También se han
creado entidades de carácter corporativo, algunas muy eficaces, cuyo fin es defender las
producciones locales y extenderlas a otros países, jugando a “globalizar” las
producciones locales. Asimismo, el alto grado de incorporación de tecnología y la
capacidad de responder a los gustos locales y de transmitir las especialidades
gastronómicas a mercados más amplios son haberes muy importantes de las
producciones locales de los países desarrollados frente a la fuerza de la producción de
ámbito mundial.
ALIMENTACION LOCAL O GLOBAL
La globalización de la alimentación se enfrenta a otro hecho muy importante. La
fuerza de las culturas gastronómicas locales,(identidad cultural), que están enraizadas
con la identidad de los pueblos. Los efectos sobre los distintos tipos de alimentos de
estas tradiciones son distintos: en general afectan menos a los componentes básicos de
la dieta, por ejemplo el tipo de grasa utilizada, que condiciona los sabores, o los hidratos
de carbono básicos (trigo, arroz, yuca, maíz etc.); mientras penetran más fácilmente en
“los contornos” de la alimentación: bebidas, aperitivos, ensaladas, acompañamientos,
desayunos, etc. Por otro lado, la sociedad se encuentra muy segmentada ante la opción
de mantener la cultura gastronómica propia frente a apostar por los nuevos alimentos,
así el comportamiento de los jóvenes, los adolescentes, las familias con mujeres que no
trabajan fuera del hogar frente a las incorporadas al mundo del trabajo extradoméstico,
los segmentos de más edad, los estratos de más o menos niveles de renta, etc., es
completamente distinto.
Un elemento importante de la “localización” de la alimentación, que forma parte de la
estrategia básica de desarrollo, e incluso supervivencia, de muchas de las producciones
tradicionales europeas, asiáticas, orientales o americanas, es el desarrollo de los
alimentos de calidad diferencial y de los tradicionales. Este desarrollo está vinculado a
la existencia de segmentos de la población, cada vez más numerosos, capaces de
apreciar y pagar esta calidad diferencial y, además, exige un cierto grado de “puesta al
día” de la elaboración y comercialización de esos alimentos. Su desarrollo está
frecuentemente asociado al auge del turismo rural o de interior (existe por ejemplo
turismo gastronómico y enológico, tal como lo son las ya conocidas “Rutas del Vino en
Chile o Francia” o las “Rutas Agrarias”), lo que ha generado canales específicos de
comercialización; cabe citar que algunas de las enseñas de la gran distribución han
entrado en este segmento a través de sus áreas especializadas en “productos de la
tierra”, “espacios gourmet”, etc., o en ferias locales de algún tipo de producción en
especifico, “ Fiesta de la sandia en Paine, de la cerveza artesanal en Valdivia, etc.
EFECTOS DE LA ALIMENTACIÓN FORANEA EN LA UNION EUROPEA
El fenómeno de la inmigración masiva, relativamente nuevo en UE, ha alcanzado
un nivel suficientemente alto como para que sus efectos en la alimentación, en el
consumo, en la distribución y, en general, en aspectos básicos de la cadena alimentaría,
se dejé sentir. Los Ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación en todos los países
agrupados y miembros de la UE, están preocupados y por ello tienen restricciones y
aranceles proteccionistas a favor de la producción agraria, tanto para las agriculturas
industrializadas, como para aquellas a pequeña escala y de consumo particular. En
España por ejemplo, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, (MAPA.) ha
publicado un interesante libro: Hábitos alimentarios de los inmigrantes en España, en
el que, tras una breve visión del fenómeno, se analizan los cambios experimentados en
sus hábitos alimentarios, su acercamiento a la cultura gastronómica española, la
simbiosis con sus hábitos originarios, los efectos de la estructura familiar y las formas
de aproximarse a la distribución; este trabajo es una magnífica herramienta para
empezar a situar los efectos de este fenómeno que, evidentemente, va en aumento, tanto
a nivel de país como del continente europeo en su totalidad. Este trabajo es el mejor
análisis de un segmento del consumo realizado por el MAPA y pone de manifiesto la
importancia concedida a la inmigración en este país, lástima que no se disponga de más
trabajos sobre el comportamiento de los distintos segmentos del consumo (jóvenes,
adolescentes, tercera edad, etc.). Pero si se sabe en primer lugar que la inmigración
aporta una mano de obra fundamental a la cadena de producción de alimentos; en el
sector agrario, su presencia es imprescindible, en la gestión de las campañas de
recolección manual, pero crece también entre los trabajadores fijos, al igual que entre
los trabajadores de los centros de manipulación de frutas y hortalizas, (actualmente en
Chile se están modificando las leyes laborales con el fin de importar e incorporar mano
de obra extranjera, especialmente en el sector frutícola). y en menor medida en otras
industrias, en el transporte, los mercados en origen y centrales o el comercio minorista.
Indudablemente estos son aspectos importantes de la globalización de nuestro sistema
alimentario….Langreo A, (2005), que hay que considerar junto al Inmigración y
“glocalización” de la alimentación incremento de los flujos de mercancías entre países
de la UE y terceros, la presencia de empresas de otros países, la deslocalización de la
industria española o la utilización de tecnologías comunes y la producción de gamas
comunes. Esta presencia de inmigrantes en el sistema alimentario español está
colaborando en el cambio de la demografía en gran parte del territorio, y está
permitiendo que nuevos hábitos alimenticios lleguen también al medio rural, mucho
más rápidamente que en otros momentos históricos. A pesar de que los problemas de
despoblamiento y envejecimiento del mundo rural son muy graves, la presencia de
inmigrantes en las pequeñas localidades está dinamizando una población que llevaba
décadas en declive. Aunque… Langreo A, (2005). algunas gamas de productos
exóticos habían llegado antes, sobre todo a reductos restringidos del mercado, la
presencia de inmigrantes en España y su dispersión geográfica por las áreas rurales han
acelerado la distribución por todo el territorio y han potenciado los cambios de hábitos
alimenticios en la población española, que esta vez también está alcanzando a los
pequeños núcleos. Este fenómeno en España… Langreo A, (2005). Tiene mucho que
ver con la distribución, muy sensible a los nuevos nichos de negocio. Por ejemplo, ya
existen secciones especializadas en carnes para musulmanes y la presencia de frutas y
hortalizas exóticas o de nuevas preparaciones es muy importante. En este ámbito, la
expansión de la gran distribución (o la distribución organizada) a los núcleos rurales con
formatos de tienda más pequeña ha facilitado que los nuevos productos vinculados a los
hábitos alimenticios de los inmigrantes lleguen también al medio rural. El
comportamiento de la inmigración a la hora de adquirir alimentos está, además, muy
condicionada por su capacidad adquisitiva y la valoración que en cada país de origen se
concede a la alimentación. De todos modos, se aprecia una tendencia a suministrarse en
productos de bajo precio.
Un hecho muy interesante en España… Langreo A, (2005). Es la existencia de
comercios especializados en productos originarios y tradicionales de unos u otros
países. Su existencia se encuentra en aquellos lugares donde hay un volumen suficiente
de inmigrantes que permitan la viabilidad del comercio, pero indudablemente están
dando lugar a un nuevo tipo de minorista de la distribución, en el que, aunque aún es
escasa la presencia de clientes españoles, a medio plazo se acabarán integrando, al
menos en cierta medida, en la oferta general española. Por el momento tienen el
inconveniente de que, con frecuencia, resultan caras, (Al igual como resultaban caras
para la gran mayoría de la población, en la remota historia colonial española, en donde
solo algunos podían acceder a las mercaderías llegadas desde España a América y que
solo se hicieron asequibles con el comercio ilícito y pirateo de franceses e ingleses).
La expansión de una restauración tradicional de los países de origen de los
inmigrantes, que está teniendo un auténtico “boom” tanto en segmentos de comida
barata como entre los más sofisticados y selectos, es otro instrumento eficaz en la
expansión de alimentos de otras áreas geográficas. A los restaurantes acuden, además de
los oriundos del país en cuestión, cada vez más ciudadanos, de manera que se están
convirtiendo en una forma de dar a conocer las diferentes culturas gastronómicas (en
Chile es común ya la comida peruana y la masificación de la japonesa).
Por otro lado, los restaurantes españoles, incluidas las empresas de catering y los
restaurantes colectivos, cada vez tiene más en cuenta este fenómeno e introduce en sus
ofertas especialidades exógenas. Es interesante remarcar que la expansión tanto de
tiendas como de restaurantes especializados en otras culturas gastronómicas está siendo
rápida y se ha convertido en una forma de asentamiento de la población inmigrante en
España a través de la creación de empresas por inmigrantes. (Rev. Española
“Distribución y Consumo” 2005).
Por otro lado, como bien describe el estudio mencionado sobre España, la población
inmigrante está introduciendo en su alimentación productos y platos nacionales con
rapidez. Una cuestión particularmente interesante en este punto es la presencia de
inmigrantes en el servicio doméstico, que cada vez introducen más elementos de sus
culturas gastronómicas en el consumo de los hogares, a la vez que aprenden las claves
de la gastronomía local. Algo parecido puede afirmarse de los matrimonios mixtos, en
los que acaban conviviendo y fusionándose las dos culturas gastronómicas.
Todo esto está dando lugar a una “fusión” de las culturas gastronómicas del país
anfitrión, y los múltiples países de origen de los inmigrantes. Este fenómeno,
reconocido como un hecho altamente positivo por la alta gastronomía, es una de las
expresiones más afortunadas de la “glocalización” de la alimentación, como mecanismo
que globaliza especialidades locales. Otra cuestión completamente distinta, pero de gran
interés en cuanto a los cambios en el consumo, es la presencia estable de bolsas de
ciudadanos de otros países, generalmente bastante concentrados geográficamente, que
también están influyendo en la neoalimentación mundial.
De todos modos, los procesos de homogeneización y de localización en los países del
mundo globalizado, responden a otras pautas, ya que también están introduciendo
cambios muy importantes en la alimentación a nivel globalizado y glocalizado. Y
aquellos que digan lo contrario, que al momento de degustar su plato favorito se
pregunte ¿De que región del mundo es el alimento que lleva a su boca?
Lo malo... ALIMENTOS TRANSGENICOS
En la búsqueda de llenar los millones de estómagos hambrientos en el Mundo, que día
con día van en aumento, causadas por las constantes crisis económicas y los cambios
climáticos; provocados por la contaminación medioambiental, el hombre en pro de una
solución a dicho tema, ha modificado la gran mayoría de los alimentos,- vegetales,
cereales, gramíneos y frutales, han sufrido transformaciones tanto en tamaño, como en
su rendimiento y en su durabilidad. A estos se les denomina Alimentos Transgénicos.
Proceso en el cual estos alimentos son sometidos a ingeniería genética o tecnologías
transgénicas, por lo tanto son producidos a partir de un organismo modificado
genéticamente mediante ingeniería genética. Dicho de otra forma, es aquel alimento
obtenido de un organismo al cual le han incorporado genes de otro para producir las
características deseadas, por cual los alimentos transgénicos deberían aportar los
siguientes beneficios:
• Permiten mayores volúmenes de producción por lo que podrían erradicar el
hambre
• Posibilitan alimentar el ganado sin necesidad de pasturas lo que permite producir
más carne, leche, huevos, etc. a menor precio
• Producen semillas más resistentes para mejorar el control frente plagas y a
factores climáticos como sequías o inundaciones
• Mayor duración de los productos, se pueden agregar características beneficiosas
para la salud, y pueden llegar a ser más nutritivos.
En el año 2007, los cultivos de transgénicos se extienden en 114,3 millones de
hectáreas de 23 países. Uno de ellos es Estados Unidos, con un total del 49% de
plantaciones en el Mundo. He aquí entonces una problemática, si los alimentos
transgénicos aumentan la productividad y se pueden cultivar inclusive en tierras
secas y poco fértiles, ¿Por qué no hay políticas mundiales que vayan en pro de una
mejor alimentación en el mundo?-¿Por qué entonces hay millones de personas
muriendo de hambre?-¿ Cuál sería el “pero” en este sentido?. A nuestra manera de
ver el “pero” radica sencillamente en la monopolización y manipulación con fines
egoístas de las especies adulteradas genética y biotecnológicamente, pues los países
productores manejan a diestra y siniestra las patentes y licencias de estos productos,
al igual como lo hacen con los medicamentos.
El argumento frecuentemente esgrimido en relación con la gestión de los derechos de
propiedad intelectual y/o patentes, que obligan al pago de regalías por parte del
agricultor al mejorador, es la garantía de calidad y cantidad por cada hectárea sembrada
con semillas obtenidas genéticamente. Además, se alude al uso de estrategias
moleculares que impiden la reutilización de las semillas, es decir, el empleo de parte de
la cosecha para cultivar en años sucesivos. Un ejemplo conocido de este último aspecto
es la tecnología “Terminador”, englobado en las técnicas de restricción de uso,
desarrollada por el Departamento de Agricultura de EE.UU. en la década de 1990 y que
aún no ha sido incorporada a cultivos comerciales, y por supuesto no está autorizada su
venta. La restricción patentada opera mediante la inhibición de la germinación de las
semillas, por ejemplo; cabe destacar que el uso del vigor híbrido,(químico) que es una
de las estrategias más frecuentes en mejora vegetal, en las variedades no tradicionales
pero no transgénicas, que también imposibilita la reutilización de semillas. Este
procedimiento se basa en el cruce de dos líneas puras que actúan como parentales,
dando lugar a una pro especié con un genotipo mixto que posee ventajas en cuanto a
calidad y rendimiento, pero que resulta inadecuado para la reproducción agrícola.
En cuanto a la posibilidad de patentar las plantas transgénicas, éstas pueden no
someterse a una patente propiamente dicha, sino a unos derechos del obtentor,
gestionados por la Unión Internacional para la Protección de Nuevas Variedades de
Plantas. Brasil, España, Bolivia o Chile se encuentran en esa unión, siendo un total de
66 países hasta diciembre de 2008 (no participa EE. UU.). Era obvio que EE.UU. no
participara pues sus políticas son siempre pragmáticas, y es sabido que si no obtiene
beneficio, sencillamente se adueñan de lo que no les pertenece. Es por ello que la
ingeniería genética debe ser entonces una herramienta de introducción de variación
genética en las variedades vegetales. Bajo esta perspectiva, las plantas transgénicas son
protegidas de forma equivalente a la de las variedades generadas por procedimientos
convencionales; este hecho necesariamente exige la posibilidad de emplear variedades
protegidas para agricultura de subsistencia e investigación científica con el fin de
satisfacer esa necesidad básica de alimentación que existe hoy en el Mundo.
Lo feo…LO REFLEXIVO DE LA NEOALIMENTACIÓN
Las estimaciones de la ONU (basadas en estadísticas) nos dice que el 30 de octubre de
2011, el planeta alcanzo la cifra de 7000 millones de habitantes. Entonces según
estimaciones de la ONU desde el año 2008 al 2011, cada minuto nacían entre 323 y
358 bebés en todo el mundo. De estos 7000 millones de habitantes, cuántos de ellos
nacieron bajo la cortina de extrema pobreza, ya con sus días contados a causa de no
tener alimentos para seguir sosteniendo su derecho a la vida. Según la FAO,
actualmente hay cerca de 900 millones de pobres en el Mundo, de los cuales la mitad
está muriendo de hambre y que cada 3,6 segundos muere una persona en África. Sí,
cada 3,6 segundos. Más o menos lo que te demoras en inhalar y luego exhalar o en
pensar comerte un rico Hot Dog en el boliche de siempre, están naciendo o muriendo tal
cantidad de personas por culpa de la no inanición de alimentos, te preguntaras, ¿Cómo
es posible que eso suceda?, si existe tanta tecnología en el Mundo globalizado para
crear las condiciones mínimas para la vida, o no se respeta el derecho a los alimentos
necesarios para que un individuo cualquiera pueda desarrollarse como un ciudadano del
Mundo. ¿Es acaso eso entendible?
Esta pregunta solo tiene una respuesta: NO. Pues con tanto alimento sobrando en las
naciones desarrolladas y con serios problemas de obesidad mórbida, sobre todo en
EE.UU, es contradictorio pensarlo siquiera y ver cómo es posible que la principal causa
de las grandes lacras que atacan, hoy, a la humanidad siga siendo el hambre el mayor
genocidio de la historia… ¡50000 niños mueren a diario en el mundo por hambre!.
Realmente es inentendible cómo, mientras unos con su dinero puedan disfrutar de los
mil y un sabores nuevos que ofrece una neoalimentación, otros tengan que sobrevivir en
la miseria, soportando muchas veces comer tierra, tal como aconteció en Haití, en la
forma de hacer galletas, se mezclaba harina con aserrín y tierra, para luego ser
repartidas entre aquellos que padecen el hambre y que al no haber otra cosa para calmar
las tripas se las comen sin oponerse a ello, no se reclama, pues se está cumpliendo con
uno de los derechos humanos fundamentales, “el derecho a alimento”. Y aun que esto
nos parezca brutal, sin duda la solución a esta falta de alimentos en algunos lugares del
mundo no la podemos dar los simples mortales, si no aquellos que detentan el poder y
que no están en nuestras manos las respuestas adecuadas, si no en aquellos países que
poseen la suficiente tecnología para lograr cambiar a este paradigma contradictorio que
nos ofrece la neoalimentación.
BIBLIOGRAFIA
ALICIA LANGREO NAVARRO, Doctora Ingeniero Agrónomo .Directora de Saborá,
Estrategias Agroalimentarias, (Distribución y Consumo 14758 MARZO-ABRIL 2005)
(Rev. Española “Distribución y Consumo” 2005).
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Environmental Medicine (http://www.aaemonline.org/gmopost.html).
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-Alertan por presencia de Plaguicidas Tóxicos en frutas y verduras (http://www.reluita.
org/agricultura/agrotoxicos/toxicos_frutas_verduras.htm).
-Guaguas consumen hortalizas con residuos de plaguicidas tóxicos (http://www.rapchile.
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-En Chile comemos veneno (http://olca.cl/oca/plaguicidas/plag36.htm).
-Transgénicos y el colapso de la apicultura en Chile
(http://blog.ecosdelbuenvivir.org/?tag=red-de-accion-en-plaguicidas-rap-chile).